Seguras estamos de que las mujeres que hoy disfrutan de la monogamia, son muy pocas, aunque se diga lo contrario. Hemos ganado en libertades con astucia y la que no ha seguido esas reglas, ha pagado el precio de sus deslices en una sociedad aún muy machista.

Hablemos claro, hay que saber ser infiel. ¿Cómo? Con astucia amigas, y no dejarnos llevar por la pasión ni por los impulsos vaginales, mucho se logra cuando se actúa con precaución porque a veces, nosotras mismas gritamos con nuestra actuación que vamos de atrevidas y es mejor en algunos casos pecar de santa que de infieles.

¿Qué nos delata?

El buen humor que de repente nos llena, la alegría, el optimismo, que no es más que el desencadenamiento de esa nueva felicidad que disfrutamos. ¿Cómo se sienten las chicas con el nuevo novio? ¿Qué descubrimos en las mujeres durante los preparativos de su ansiada boda? Pues así, ni más ni menos, estamos cuando, agobiadas por una relación de pareja insípida, nos llega de nuevo la ilusión.

Nuestros ojos, nuestros gestos, nuestro andar, o las nuevas normas que optamos, como ir más a la peluquería, a la casa de una amiga, salir más tarde del trabajo o del gimnasio, son solo pormenores muy cotidianos en las que somos infieles.

El cambio de look que hemos mantenido por años se convierte en la primera tarjeta de presentación, con pocas palabras lo declara a todos: “estoy feliz con una nueva relación”. A nadie se le escapa, no lo dudes, ni a tu pareja ni a tus amigas ni a tus enemigas, esas a quienes necesitas tener desinformada sobre tus pasos.

Sé prudente y disfruta como quieras pero nunca olvides, ¡actúa con táctica!, y lleva todo a la vez para que te mantengas así de radiante cada día de tu vida.

Si quieres discreción asegurada, busca en las páginas de contacto esa pareja discrerta que necesitas, en ellas, tus datos están a buen recaudo y la persona que contactes querrá lo mismo que tú sin peligro para uno ni para otro.

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