Muchas páginas en internet y también revistas,  publican aquí y allá la virtud de tener sexo durante la semana, ya sea todos los días o una vez, cuatro, cinco y yo me pregunto, ¿importa realmente la frecuencia para la salud?

Parece que sí, según explican muchos expertos, pero vuelvo a preguntarme, ¿enfermo si no puedo llegar a tener sexo con esa frecuencia? ¿Qué mejora en mí?

Si tienes pareja con la cual te llevas super bien, si se aman, si se erizan cuando uno toca al otro, si de solo mirarse ya están pensando es desnudarse y meterse en la cama o hacerlo rapidito en el ascensor, vale la cantidad.

Frecuencia sexual
Frecuencia sexual

Cuando era estudiante, conocí a una pareja así, con calentura a toda hora y el resultado fue lastimoso. A los dos años o algo más, ya la magia había pasado y ni se tocaban, lo que me trae el recuerdo de esa canción de Rocío Jurado que dice «se nos rompió el amor de tanto usarlo».

Hay otro caso en parejas estables. Si lo hacen muy a menudo, no me vengan con esas de que aún se aman a las mil maravillas y de que se desean todos los días como al principio teniendo sexo todos los días, eso es un cuento chino.

Para que se haga el amor con deseos de verdad, hay que tener ilusión por esa persona y todos sabemos que la monotonía acaba la ilusión. Es mejor en estos casos ir a la cama con el cuerpo bien caliente cuando quieran, cuando una situación les haga sentir juntos y no día a día por obligación, que para que apeste solo se necesita que se convierta en rutina.

El consejo saludable  es tener sexo cuando el cuerpo lo pida, si una semana quiero todos los días, pues bien,  hacerlo. Si en una semana no deseo, no obligarme. El problema radica en cuando en una pareja uno quiere y el otro no, ahí la obligación es un fracaso. Quizás el que está saboreando el coito lo pase genial, pero el que va obligado a esa relación sexual, se enferma rapidito: tensión, falta de apetito, estrés, baja autoestima, problemas de tensión arterial y todo lo que conllevan estas enfermedades.

Y si no tengo pareja, el consejo es otro, hace falta tener manos y dejar que ellas suplan la ausencia de pareja. Un estudio en realizado en Roma, donde los romanos tienen fama de ser muy calientes, arrojó que los que se masturban en solitario llegan al orgasmo con más placer y frecuencia que los que tienen pareja habitual. Otro gran consejo es entrar en Fuego de vida y encontrar alguien con quien desahogarte apasionadamente.

¿Qué les parece? ¿Estarán más sanos los romanos? ¿Padecerán menos del corazón y de estrés?

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