Por increíble que parezca, nos enamoramos de alguien de manera absoluta, pensamos que siempre será nuestro amor y un día, de repente, notamos que ya nada es igual. ¿Cuándo sucede esta inexplicable situación que nos deja desarmados ante nuestra pareja?

Tantas causas pueden provocar el desamor, que sería interminable llegar a describirlas todas, pero para las personas que de momento aprecian que ya no aman, sin que medien infidelidades ni otras causas agresivas por parte de su pareja, resulta un poco difícil entenderlas.

Sufrir por amor
Sufrir por amor

Frases como “no sé por qué he dejado de quererle porque es muy bueno”, “quisiera seguir a su lado pero ya me imposible”, y otras similares, no dejan lugar a dudas: el amor se esfumó y pesa mucho romper porque la pareja no ha dado verdaderos motivos para que se le deje de amar, todo lo contrario, es una poersona razoinable, que brinda amor y es muy comprensiva.

Existe un tipo de personas, que por cierto, es muy común, que necesita mucha adrenalina para mantener la relación. Si todo descansa sobre un lecho de rosas, llega el aburrimiento muy de prisa y ya no hay nada que se pueda hacer. Estas personas necesitan de un juego tormentoso para mantener viva la ilusión, bien sazonada con infidelidades, peleas, carencias, sorpresas y hasta sexo muy fuerte para mantener activa la ilusión que le une a quien comparte sus días. Si no ocurren estas querellas, la desilusión llega muy pronto.

¿Quiénes son realmente estas personas que necesitan sufrir en el amor para sentirse reconfortadas? Son tan normales como todos, solo que su personalidad se ve atrapada por las redes de los problemas, la felicidad solo les llega cuando suben sus tensiones, se siente amenazada y lucha por mantener lo que cree le pertenece, ¿estás tú entre ellos?

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