Cuando iniciamos una relación tenemos cierta tendencia a pensar que, esta vez sí, hemos dado con el amor de nuestra vida, esa pareja ideal que compartirá el resto del camino junto a nosotros y que estará a nuestro lado por siempre jamás. Pero, por desgracia, esto no suele suceder siempre: el amor se acaba, las parejas se rompen y tú te das cuenta de que, efectivamente, no era el amor de tu vida. Y toca seguir buscando, ¿no?

Al iniciar una nueva relación es normal volver a tener ese sentimiento (no siempre, pero suele pasar) y seguro que más de una vez te has preguntado por qué vuelves a tener esa certeza de que ahora sí será para siempre. Y, por supuesto, te preguntas si se puede tener más de un “amor de tu vida”; la mayoría te dirá que no, que de esos solo hay uno pero es difícil encontrarlo.

Pero, en realidad, el problema consiste en que solemos pensar en el amor de nuestra vida como alguien que estará ahí pase lo que pase, que nos complementará a la perfección, y seguimos auto convenciéndonos de que nuestras parejas anteriores no entraban en esa definición. Pero pasamos por alto un detalle importante: cada una de esas personas fue el amor de nuestra vida… En una etapa de la misma.

Y si no nos crees, haz memoria y recuerda a tu primer novio o novia: seguro que tenías clarísimo que lo vuestro iba a durar para siempre, que todo era perfecto y maravilloso, y es normal porque en esa etapa no teníais preocupaciones ni problemas. Y el amor se rompió cuando esa situación cambió y tuvisteis que empezar a asomaros al mundo de los adultos.

Aunque eso no significa que lo que sintieras por esa persona fuera amor de verdad: simplemente, fue el amor de tu vida en unas circunstancias concretas. Y lo mismo pasó con tu pareja en la universidad, por ejemplo: el primer amor adulto, con el que compartiste momentos importantísimos de tu vida, probablemente la primera persona con la que conviviste, que te dio todo lo que podía darte… Hasta que las circunstancias cambiaron de nuevo: crecisteis, tuvisteis que tomar un rumbo para el resto de vuestras vidas y, ahí, vuestros caminos se separaron.

Al final, todo consiste en darte cuenta de que no hay un único amor de tu vida, y que todas las personas a las que has querido de verdad estuvieron allí en momentos cruciales de tu historia para convertirte en la persona que eres hoy en día. Así que no te preocupes tanto por eso y céntrate en disfrutar de la persona que tienes al lado mientras dure, ¿vale?

comentarios (3)

comentarios (3)

No publicaremos tu correo electrónico