Por Carlos Casado,

Hola amigos, os voy a contar un suceso real como la vida misa y del que he sido protagonista. La cosa es que hasta hace unos meses estaba soltero. Llevaba más de seis años sin salir con ninguna mujer y no porque no quisiese, sino porque ninguna mujer quería conocerme. Supongo que mi aspecto a pocas seduce. Mido 1,83 y peso unos 150 kg. Por lo que soy más bien ‘gordo’ y de cara tampoco es que me salve.

El caso es que un amigo de esos que tampoco se ligan a una tía ni pagándola, me llamó un día y me dijo que si quedábamos para presentarme a una chica con la que llevaba un tiempo saliendo. Me dijo que la había conocido a través de una web de citas.

Fue en ese mismo preciso momento cuando decidí que yo también tenía que registrarme en una web de citas. Así que me inscribí en varias, subí fotos y rellené el perfil con fotos sobre mis intereses, preferencias y todos los datos que te piden… Pasaron los días y no encontré ninguna mujer que me interesara. Así que decidí ser paciente y no desesperarme hasta dar con una que de verdad me gustará. Visitaba varios perfiles todos los días y me escribía con alguna que otra chica.

Hasta que un día a punto de caducar mi suscripción en Fuego de vida, recibí un mensaje de una usuaria, una tal Carlita75 de 35 años, soltera, rubia y que buscaba en la página a un hombre cariñoso y que estuviera buscando una relación de pareja. Tenía muy buenas sensaciones de que la cosa funcionase. Y mis presentimientos al final se confirmaron

Me encantaba su personalidad, su físico era lo de menos, aunque por foto me había parecido muy atractiva. Pero lo mejor fue el día que finalmente nos conocimos en persona. Nos citamos para cenar en mi casa y para que fuera una cita aún más especial, decoré la mesa con velas y tonterías de esas que hacen más romántico el momento.

Cuando llamó al timbre y abrí la puerta creía me quedé en blanco. Ahí estaba ella, llevaba un vestido tan ajustado que casi tiemblo de los nervios. Entonces me miró, me sonrío muy dulcemente y me dijo que era mucho más guapo en persona. Eso me tranquilizó bastante.

Fueron unas horas increíbles en las que me sentía nuevo, diferente, emocionado y sobre todo feliz. Después de aquel día, seguimos quedando y conociéndonos más y más. Ahora somos novios y aún no me creo que haya encontrado a alguien como ella, y todo ha sido gracias a mi esfuerzo por no tirar la toalla y a páginas de contacto como ésta.

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