Entre las personas de más edad y los más jóvenes existe una disputa constante: dicen unos que hoy no hay amor porque hay demasiados divorcios. Los de menos edad aseguran que si ellos hubieran podido hacerlo en su época, también no dudarían a romper con un matrimonio inútil.

Las dos partes tienen razón. Por un lado, los que vivieron otras décadas, se vieron forzados a mantener relaciones frías y manipuladoras porque el divorcio no era permitido por la sociedad como hoy. Además,  el miedo a una segunda búsqueda que era poco habitual, los hacía dudar. Y los jóvenes.., estos hombres y mujeres de hoy sí no aguantan casi nada. A la primera ¡adiós! Para muchos, esta frase es especial.

El divorcio, ruptura final

Visto de una manera más analítica, existe una predisposición a tener que soportar una relación que ya no tiene nada de pareja. Si cada uno toma sueños y destinos distintos, es lógico que todo se acabe de una vez, es mejor. Los divorcios son la opción más aceptada cuando existe:

– Un vacío en los sentimientos entre ambos

– Una tercera persona que es incompatible con el matrimonio

– Diferencias en el carácter que trae discusiones numerosas

Distanciamiento físico capaz de abrir brechas profundas y traer olvidos

– Desinterés en llevar la responsabilidad de un hogar

– Ausencia de amor de uno de los miembros

– Llegada de los hijos

– Diferencias de edades

– Relación sexual deficiente

– Deseos de recuperar aventuras

 

 

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