Tu casa es un encanto, tienes todas las más lujosas y modernas comodidades, tu habitación está preparada para que la energía positiva fluya entre tu pareja y tú, sin embargo, tanta comodidad y relax no funcionan bien en tu relación.

Pregúntate entonces si necesitas salir cuanto antes de esa zona de tanto conford, levantar la chispa sexual, y olvidarte de la lencería sexy, las sábanas de seda y la luz indirecta de tu aposento. También, deja por el momento tratar de animarle en la ducha, la bañera y mantén en gavetas velas aromáticas y lociones estimulantes. Es seguro que te preguntarás a donde pretendo llegar, y la respuesta es muy sencilla: buscar lo difícil, lo morboso, la aventura y la pasión por lo se sale de las reglas.

Elige lugares rústicos para tener sexo, una masía olvidada, un cañón de río seco, el trastero, ¡ni te imaginas cómo se goza el sexo en estos lugares!.

Sal de la habitación y busca esos lugares de la casa donde ni en sueños pensaste tener sexo: la mesa de billar, la terraza del jardín, la isla de la cocina, el cuarto de las herramientas, el vestidor, la puerta del coche o el muy recurrente ascensor.

Si el lugar que escoges es salgo incómodo, ¡mejor aún!, el buen rollo que se establece entre los dos, en cómo te vas a poner, si sentada o parada, si de espaldas o de frente, si abres las piernas o si apenas puedes hacerlo, todo eso le da más morbo al sexo, los coloca en una situación de intimidad para resolver ya demá. Como el tiempo es menor, disfrutan del famoso kiki, o sea, el sexo rapidito pero muy caliente, verás como en seguida se corren.

Y tiene otro atractivo: pocas veces se recuerda con picardía ese sexo cotidiano en camas confortables, pero el que se disfrutó en una situación  más comprometida, siempre les viene a la mente con más gusto, y, ¿por qué no?, con ganas de repetir.

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