El ambiente de los días invernales enfría el cuerpo y se precisa entonces de  alimentos calientes como sopas, purés, cremas, y caldos que lo mismo recién hechos como calentados aportan calor y nutrientes.

Como las hortalizas en esta temporada son más escasas, como el tomate y los pimientos, adquirirlos congelados y consumirlos después en estos platos es idóneo para el aporto de sus vitaminas y minerales, y además, favorecen una amplia gama  de combinaciones que logran un menú variado.

Siempre las alternativas suelen ser muy variadas, y suavizar el exceso que ingiere el organismo a través de platos muy digestivos  es una magnífica opción para los meses invernales.

 

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