Nada es más molesto que convivir con una persona que frecuentemente cambia de humor. No se sabe cómo reaccionará ante una actuación nuestra, ni cómo llegará cuando entre por la puerta. Y lo peor de todo, muchas veces las cosas terminan muy mal entre ambos.
Así como nosotras también tenemos nuestros días del mes que nos sentimos alteradas por los cambios hormonales, ellos sienten también en momentos sus irritaciones, aunque solo sea menos de la mitad de la población masculina.
Pero, hay otras situaciones, y es a la que me refiero. Cuando el macho que llevan dentro aflora, se consideran los dueños del mundo y es difícil contenerlos. Pregúntate entonces, ¿estás dispuesta a soportar esos cambios de humor solo porque le dé la gana? ¿Quieres seguir pagando los platos rotos?
siempre se hacen las tranquilas y cultas luego son otra cosa
ni me digan nada que cuando está con la menstruación parece una loba
lo conocí siendo un corderito y ahora no hay quien le ponga freno lo difícil es que me he enamorado
sucede que la que cambia soy yo, jajaajaaaa
me parece que hay un retrato real de la situación
ya sé cuando se va a poner a pelear
Pingback: gomez
si me hubiera olido que era así ni la hubiera mirado
yo sí no me lio con locos
lo peor es que no sabes cuándo se pondrá molesto o no
si tienen problemas hormonales por que rayos entonces no lo dicen
los platos rotos que se los meta por el culo
que ya es hora de reflexionar así tías, joder