El sexo se convierte en placer cuando el cerebro acude en beneficio de esta actividad erótica. La zona del cerebro que se encarga de ello es el hipotálamo, la que tiene diferencias en la mujer y en el hombre.

Como esta zona cerebral controla algunas actitudes y el sexo entre ellas, la identidad de cada persona según su sexualidad también se manifiesta, de ahí que el coito no sea igual para mujeres que para hombres.

Tanto un sexo como otro emplea estrategias distintas para controlar el placer, la mujer es más sensible a recrearse y a recibir la carga erótica mediante las percepciones y en menos medida, en la vista. El hombre se siente motivado sobre todo por lo que ve, de ahí que la pornografía sea siempre el recurso más buscado para llegar a sentir el máximo deseo.

Pensamiento sexuales
Cerebro y sexo

Estas diferencias cerebrales son las que constituyen la base del deseo sexual en uno y otro sexo. Aún así, debo aclarar que las mujeres también poseen hormonas masculinas, las conocidas testosteronas y su función está supeditada al deseo carnal.

Al realizar el coito, nuestro cerebro, (tanto en uno o en otro miembro de la pareja), generamos endorfinas a niveles altos, motivo por el que el sexo sea tan apreciado como placer por encima de otras actividades como divertirnos, comer, pasear, beber.

Y como último detalle en este trabajo que el hipotálamo tiene a su cargo durante el sexo, recordemos que el hombre tienen orgasmos más rápidos, mientras que para la mujer ese  momento lo demora un poco más aunque no eyacule de la misma manera.

Para mantener el cerebro en la mejor disposición de hacer su trabajo y que el hipotálamo pueda controlar los impulsos sexuales, es necesario alimentarnos bien, hacer ejercicios diariamente y evitar el estrés. Un descontrol en estos factores, dificultan el mejor sexo aunque sea con la pareja soñada.

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