Entre las más nefastas situaciones que se pueden dar entre los miembros de una pareja, el chantaje ocupa un lugar cimero. No hay relación que pueda fluir bien si uno de los dos acude a ese comportamiento.

Muchas veces ocurre cuando uno de los dos ha sido infiel y el otro utiliza ese hecho para mantenerlo bajo su poder: puede ser que le desherede, que le amenace con decirlo a sus familiares, que intervenga para que en el trabajo resulte conocido,.. en fin, el chantaje es una burla de la peor categoría, y no se puede permitir, de lo contrario, se corre el riesgo de la parte amenazada convertirse en un  pelele.

Cuando el chantaje llega al sexo, la humillación es peor, está comprobado que si es obligada una de las partes a realizar el coito sin deseos, sufre la mayor vejación de su vida, y el que ocupa el lado poderoso hace lo posible porque se sienta más humillado, realizando todas las prácticas no deseadas: sexo anal fuerte, golpes, ataduras, y cuantas formas de vejación quiera realizar. El resultado es una violación tras otra, de eso no cabe duda.

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