Siempre se aconseja a la pareja una ruptura amigable, pero las consecuencias que trae el divorcio no permiten que la relación termine como un simple juego de ganadores y perdedores. En la mayoría de los casos esto no es posible.

Tampoco existe el divorcio que te sorprenda. Siempre se anteponen los conflictos que le dan paso. Cuando hay una ruptura conyugal ambas partes de la pareja se sienten heridos y con una autoestima dañada; pendientes de la imagen que darán a las amistades y al mundo. Suelen aislarse y sentirse acongojados.

Recuperarse requiere de un largo proceso de reincorporación que puede durar largo tiempo. Ambas partes se sienten fracasados y desorientados. Muchos creen estar aislados de las antiguas amistades y del mundo anterior al de casados.

Solo con un poco de empeño logran salir de ese dolor que les roba la capacidad de pensar. Muchos recuperan sus esperanzas y se lanzan a recuperar su vida enfrentando aventuras y creando su propio futuro.

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