A los hombres desde niños les gusta ver las revistas de lencería de sus madres y su deseo pasa por la mirada. Pues ahora nosotras seremos esos modelos. No apagues la luz, a no ser que quieras poner unas velitas y deja que el te vea, concédele el placer de mirarte.

No dudes en posar de forma sugerente y en destacar algunas partes de tu cuerpo: retira tu sujetador y no cruces los brazos sobre tu pecho (sin vergüenza)… y sobre todo no cierres los ojos: aprovecha para disfrutar del espectáculo, ¡el hecho que vuestras miradas se crucen es un verdadero estimulante! Un consejo, a al género masculíno le gusta mucho mirar. Regálale un momento de placer haciendo que también se vea. Poneos delante de un espejo y si te incomoda verte en el espejo ponte de espalda. ¡De este modo se podrá ver en acción!

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