¿Cuál es la pareja que no tiene problemas? En cualquier momento de la relación surgen situaciones tensas y las complicamos más si no las sabemos enfrentar.
Los arranques de rabia son los más cotidianos cuando tu pareja te deja colgada, te miente, o te enteras de que hay otra persona que le atrae. Lo importante es saber controlar ese momento. Piensa con calma, respira profundo, traga la saliva y trágate las palabras ofensivas. Primero, analiza el paso que vas a dar, ¿qué vas a ganar con molestarte?, nada, mientras que sí vas a perder mucho.
Los impulsivos no son buenos amigos ni buenos amantes, ni son buenos para formar pareja ni siquiera para tenerlos cerca. Se consideran personas tóxicas, porque afectan a todos los que le rodean con esos arranques. Sobre todo, los chicos quieren a su lado chicas guapas, con mucha autoestima y que saben controlar las emociones. Y ojo con lo que acabo de decir, en ningún momento aconsejo ser sumisa.
Saber lo que queremos, a dónde vamos, y cómo actuar, son virtudes muy bien valoradas en las parejas. Las personas que callan ante situaciones que pueden ser agresivas, preparando su revancha, salen mejor de la situación porque reflexionan. Si lo que ha pasado en tu relación no puedes aguantarlo, es el momento de terminar. Si puede ser enmendado, da una nueva oportunidad pero con energía y «con pocas palabras, dichas de manera firme y con mucha convicción». Y una sola vez, solo una vez más. Si soportas los problemas más veces, acabarás siendo el títere de la relación y el que te molestes y grites, nada cambiará, solo convertirte en una persona negativa y malhumorada sin una pizca de autoestima.
Recuerda que la cabeza es la que debe enviarte señales de aviso, al menor síntoma, control. Si quieres desbocarte, aprovecha la relación sexual para desahogar tus arranques y demostrarle que en la cama, nadie es mejor que tú. Ese es el mejor lugar para ganar en una relación de pareja.
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