Reconozco que sufrí una crisis emocional muy fuerte al estar casada con un chico que padecía el complejo de Peter Pan. Por supuesto, solo lo supe al paso de los meses y más aún, de algunos años.

El complejo de Peter Pan se define como el comportamiento de una persona que se niega a crecer, o mejor dicho, que se niega a entender que los años pasan y con ellos, los intereses y las acciones.

Mi chico quería estar todo el tiempo en contacto con su madre, adoraba jugar con los pequeños de la comunidad en un parque cercano, prefería los vídeos juegos a ir a una pista de baile conmigo, y sus cenas preferidos para invitados consistían en bocadillos y pasteles. Pero, por supuesto, yo no iba a ser siempre Campanilla.

Mi preferencia era estar con chicos jóvenes, salir de senderismo, pero también frecuentar las pistas de baile para divertirme con la música del momento. Es increíble cómo los que padecen este complejo no se percatan de que han crecido y que hay intereses de mejor factura esperando por nosotros. Por supuesto, nuestra relación terminó sin que cediera aunque lo que sí cedió fue mi cariño hacia él.

comentarios (4)

comentarios (4)

No publicaremos tu correo electrónico