Pongámonos en situación: os conocisteis en un pub o en una discoteca, o quizá es un amigo de algún conocido o conocida. Sea como sea, charlasteis y saltó la chispa. Después os habéis visto unas cuantas veces para tomar algo, lo habéis hecho alguna que otra vez e, incluso, puede que hayáis tenido algún plan más de parejita como ir al cine, por ejemplo.

Pero ahora quieres ir a por todas y planeas una escapada de fin de semana que te sirva para conquistarle del todo, ¿verdad? Pues para que la jugada te salga bien necesitas tejer bien la red de tu trampa e hilar fino cada detalle para conseguir tus propósitos. Y lo primero que necesitas saber es cuáles son sus gustos. Imagínate el desastre monumental de reservar un fin de semana en una romántica casita rural y descubrir con horror que es alérgico hasta a los ambientadores con aroma a pino…

Así pues, toca hacer un poco de investigación: si es un apasionado del arte y de la cultura, busca alguna escapada urbana que os permita ir a un montón de exposiciones y galerías. El segundo paso será descubrir cuáles son sus autores favoritos y analizar un poco el tema para poder darle un poco de conversación, especialmente si a ti son temas que ni te van ni te vienen.

Otra posibilidad es que sea un enamorado del campo y de la montaña, por lo que el plan rural siempre será más que agradecido. Asegúrate de que tenéis todo lo necesario para no perderos y convertir una escapada romántica en una aventura de supervivencia en pleno bosque. ¡Seguro que no te olvidaría, pero quizá tampoco volvería a llamarte!

Una vez tengas decidido vuestro destino romántico, prepara un poco el terreno en el dormitorio: le has llevado a un sitio que le encanta, habéis pasado un día perfecto rodeados de cuadros o de arbustos y ahora… Ahora toca dar el golpe de gracia: saca a la luz tu lado más seductor y demuéstrale todo lo que sabes. Unas velas, un picardías sexy, música romántica… ¡No podrá sacarte de su cabeza! Eso sí, no enseñes todas tus cartas o a la vuelta no le quedará nada más de ti por descubrir.

Aprovecha estos dos días juntos para demostrarle que podéis ser grandes amigos y no solo una buena pareja: reíd, disfrutad y, sobre todo, dejaos llevar en todo momento. ¡Lo tendrás en el bote en un periquete!

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