La prostitución también tiene sus normas, y las prostitutas asociadas a la La Lucecita Roja, el primer sindicato de estas mujeres en la ciudad de Ámsterdams, las conocen bie, aunque se estén deteriorando.

Esa primera organización que ya cuenta con varias décadas, asegura a las mujeres la tranquilidad necesaria para realizar su trabajo, pues pagan impuestos, la ley las protege y ellas no caen en situaciones degradantes que afeen la imagen turística de la ciudad.

Entre las reglas elementales que deben seguir, está el no formar escándalos callejeros, no consumir drogas, mantenerse en el área de trabajo, no practicar sexo en la calle, protegerse entre ellas mismas, no aprovecharse del cliente, vestir correctamente, y otras más, pero, según dos veteranas del sindicato, las prostitutas de 70 años Louise y Martine Fokkens, las drogas ya inundan el Barrio Rojo y por la competencia no se protegen entre ellas y visten de cualquier forma.

Aún así, el Sindicato sigue siendo respetado por la ley y las prostitutas vistas con respeto por quienes acuden a ellas.

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