Al contrario de lo que ocurre en el lenguaje oral, los gestos suelen delatar la verdad sobre los sentimientos y actitudes de quien las emite.

Cada gesto equivale a una palabra dentro de una frase. Las señales no verbales influyen cinco veces más que las orales, y por tanto la gente se fía más de los mensajes extraverbales. El rostro humano trasmite emociones, aunque las personas sean capaces en gran medida de controlarlas.

Los gestos son capaces de demostrar el carácter de la persona, gracias a expresiones habituales casi identitarias. Aunque se ha comprobado que existen personas que saben fingir una intención, pero no saben cómo hacerla surgir espontáneamente o cómo debe desaparecer. Acción que les delata, en la mayoría de los casos.

Observar detenidamente el rostro de una persona hace que se conozca su estado de ánimo. Por eso el contacto visual hace sentir vulnerable y expuesto, aunque no sea la intención de quien observa.

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