Como respuesta ante estímulos dolorosos, los seres humanos ven en el duelo una salida a las pérdidas de personas queridas por separación o muerte. Este tiene que ver con la esfera expresiva de la persona y provoca cambios físicos, sicológicos y sociales.

Las expresiones del duelo son tan disímiles como la gente misma. Entre ellas se encuentran los trastornos del sueño, el desinterés sexual, la tristeza extrema, el aislamiento social, la falta de concentración. Todas ellas pueden afectar la calidad de vida recabando la consulta del facultativo. Es posible, incluso, que la persona asuma conductas de riesgo como el tabaquismo, la ingestión del alcohol o el abuso de fármacos.

Generalmente el duelo dura entre seis meses y un año. Se acaba cuando la persona recupera el interés por la vida, cuando reviven sus esperanzas, se adapta a nuevos roles y puede recordar el motivo del duelo sin dolor extremo.

Si entre tus seres queridos alguien está de duelo, ayúdale, es la mejor expresión de tu lealtad. No le trates con lástima. Sé paciente hasta que ese ser humano tan amado por ti, encuentre un lugar apropiado en su interior para esa tristeza y ceda

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