Al llegar la primavera un cambio suculento ocurre en nosotros. Con las hormonas por las nubes, vemos a las personas del sexo opuesto, (o del mismo, según preferencias) con otros ojos. Está en el aire, en la temperatura, en el cielo, y sobre todo, en nuestro cerebro.
Y es que de repente parece que todo lo sexy que había estado en el armario hasta entonces, sale a la calle para lucir palmito, y para deleitarnos de mil maneras: para sentir la piel más ligera, más atractivas, y que penetre por los poros todo eso que despierta el sexo.
Por la vista, también se destapan las expectativas del cambio. Todo luce colores más fuertes, y aunque la primavera se identifique con los tonos pasteles, realmente, la naturaleza explota todos sus colores. Quizás esa sea la causa de que veamos a las personas más atractivas y aquí vuelvo a referirme al sexo en esta estación del año.
La revolución sexual llega con la primavera, que ya bien dicen que la sangre se altera, nos pone a todos como las aves, ¡a buscar pareja si estamos solos! Una señal de que esto es cierto, es notable en las salidas en horas de ocio. Al salir del trabajo o del colegio, se ven las calles más concurridas y tal parece que no tienen hora de irse a casa, ¿por qué? Unos para disfrutar el fresco primaveral, otros para disfrutar con su pareja y los más, que son los que aún están solos, andan en la búsqueda de alguien con quien disfrutar tanta belleza urbana.
Si estamos de acuerdo en todo, ¿acaso no es ya la hora de encontrar a ese chico o a esa chica que anda por ahí, en algún lugar, buscando también quien le haga ver los colores del deseo? Y si os cuesta algún trabajillo encontrar lo que deseas, no hay más que buscar una página de contactos y quedar con quien elijas para tu cita, no desperdicies la mejor época del año, tu cuerpo pide a gritos un contacto y ya no puedes resistir, viva la primavera.
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