He crecido con una irremediable afición por las películas de terror, pero a medida que crezco me doy cuenta de cuan peligroso es este hábito. Ver películas de terror es un pasatiempo que bien puede convertirse en adicción.

Según expertos, no es para nada saludable ver diariamente pelis donde el miedo del espectador se a el protagonista, pues esto puede traer como consecuencia cambios constantes de humor, reacciones exageradas ante estímulos basales y otra serie de efectos que a la larga atentan con el adecuado funcionamiento biopsicosocial y espiritual de la persona.

Mesurar el consumo de pelis de terror o alternarlas con otros productos cinematográficos refrescantes, puede ser un gran paso de avance a la hora de nuestra elección audiovisual para los ratos de ocio.

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