Gracias a los reglamentos, los boxeadores pueden alcanzar títulos, fama y dinero. Queremos discutir? Correcto, pero debemos utilizar normas que nos ayuden a encontrar nuevamente el ritmo con el otro y así ambos podremos crecer, soñar, proyectarnos, consolidar nuestras relaciones y triunfar en las tareas.

Alentamos a los dos participantes a generar un tiempo exclusivo como un plan de trabajo privado; debe ser  en la más absoluta intimidad, libre de testigos. Se pueden tener sesiones todos los días, pero recomendamos dejar pasar unos días entre sesión y sesión. Pueden repetirse cuantas veces se necesite y desee.  Garantizamos que vale la pena la experiencia.

Hemos observado que después de generarse la rutina del diálogo, se adquieren nuevas formas de relacionarse y se sanan muchísimas heridas y traumas del pasado.

Cada sesión tiene que tener características definidas:

1)         Un sitio a solas. Recomendamos un bar, una confitería o un banco en una plaza. Es aconsejable que el sitio sea neutro. Nunca la oficina de uno de los integrantes. Los boxeadores luchan en un cuadrilátero que no es de ellos, nunca afuera.

2)         No permitamos que se entrometa nadie. Nadie es nadie! Apaguemos los celulares, no atendamos llamadas telefónicas. Coloquemos un cartel que diga: “gente trabajando”.  Los boxeadores quedan solos cuando suena la campana.

3)         Un horario máximo. Por ejemplo, no más de dos horas. Hay agotamientos espirituales que generalmente se producen. Un match de box tiene tiempos concretos de pelea y hay que respetarlos.

4)         Asistir con elementos. Recomendamos llevar un cuaderno y bolígrafo (lápiz y papel). Nunca un grabador. El cuaderno nos permite revisar las preguntas realizadas en sesiones anteriores y poder evaluar nuestras reacciones.  Los boxeadores reciben en el minuto de descanso un recordatorio permanente.

5)         Mirarnos a los ojos, estar frente a frente. Es fundamental que no estemos ocupados en otra tarea. Estas sesiones son sumamente privadas y nadie ni nada puede interrumpirlas (insistimos!). No podemos discutir mientras trabajamos o estudiamos o bañándonos o haciendo cualquier otra tarea por más insignificante que sea. Estos entornos son contraproducentes, sirven para generar discusiones mayores que destruyen en vez de construir. En el box los contendientes saben que tienen que mirarse firmemente a los ojos en todo tiempo.

comentarios (4)

comentarios (4)

No publicaremos tu correo electrónico