En Occidente cada vez es más popular para aliviar los dolores de la artrosis, los musculares, para hacer más llevadero el embarazo o para tratar la depresión. La técnica de colocar agujas en puntos estratégicos gana adeptos, pero una investigación oriental alerta de que también implica riesgos.

Los desmayos y los neumotórax (la presencia de aire en la pleura que rodea los pulmones) son los efectos secundarios más frecuentes de esta técnica, pero no los únicos. Según el trabajo, realizado por investigadores chinos tras analizar 115 artículos y del que se hace eco el boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS), hay que tener mucho cuidado con la profundidad a la que se introducen las agujas, con la zona del cuerpo que se está manipulando y con la postura y las condiciones del paciente, tres factores de los que depende la seguridad de la técnica.

En los estudios analizados -que abarcan las tres últimas décadas- se registraron 479 efectos adversos en pacientes que iban desde los dos hasta los 73 años. De ellos, 296 fueron lesiones traumáticas y el neumotórax fue la más común (201). Cuatro personas fallecieron por esta causa y el resto se recuperó tras recibir tratamiento. Los investigadores señalan que es la manipulación de los puntos de los hombros, la región escapular y el pecho lo que más riesgo implica para que surja esta lesión. Aunque una historia clínica de bronquitis crónica o enfisema también empeora las cosas.

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