Siempre se habla del hombre que maltrata a la mujer. Pero no son pocas las mujeres impulsivas que maltratan a los hombres y no solo de palabras, algunas llegan al ataque físico.

En la mayoría de los casos en los que ocurre este tipo de maltratos viene asociado al celo mal infundado. La mujer impulsiva le reclama a su pareja y procede sin pensar en las explicaciones que este le da, dejándose llevar por sus celos y por la impresión que le causa el momento.

En estas relaciones aparecen la desigualdad y el poder extendido como control y dominio sobre la vida o actividades de este hombre, logrando obediencia y sus derivaciones. Muchas veces, este dominio se muestra sutil, consensual, con otros rostros de dominación.

Luego de ataques, viene el momento de la disculpa, de retomar la posición del sexo débil, haciendo creer que lo hecho es por puro amor y por temor a perderlo todo. Hasta que llega el momento de la próxima agresión.

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