El mercado se encuentra inundado de  recetas para elevar la potencia sexual, sobre todo en los hombres, pero  lejos de lo que se  piensa, esos fármacos no aumentan el deseo sexual.

La reacción que ejercen las pastillas en el cuerpo masculino no es más que dilatar los vasos que mejoran el riesgo sanguíneo de los cuerpos cavernosos del pene, o sea, que su efecto no está en la psiquis del hombre para aumentar el deseo sexual, y sólo  tiene función en la parte biológica del cuerpo.

Realmente, muchos han acudido a ellas al tener problemas con la erección y ha funcionado, pero donde no hay deseo y excitación sexual, no puede funcionar para lograr un coito agradable y espontáneo.

Los psicólogos apuestan porque la mejor manera de lograr plenitud sexual es estar enamorado o cuando menos, desear de veras a la persona  con la cual se tendrá relaciones sexuales. Aún en el caso de que no funcione perfectamente la erección, siempre se sentirá placer al estar con la persona deseada y funcionará más veces de lo que se imaginan si continúan insistiendo en lograr un coito lleno de amor y ternura.

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