Como salida de la atrasada época feudal, la serie «El Aguila Roja» ha hecho encender los televisores de millones de familias españolas y del mundo para ver acción, amor, lealtad, codicia, aventura y una mujer la mar de guapa que dejó a todos los hombres embobecidos ante la pantalla.

La guapísima Inma Cuesta, con su pelazo negro y su cuerpo de diosa, demostró que las curvas valen mucho entre las artistas y que las han escogido reducirlas han cometido un grave error. Inma no necesitó posar desnuda para demostrarlo. Debajo de los ceñidos corpiños y de tantas enaguas, se vislumbraba su cuerpazo como moza sin muchos artificios para presentarla.

No le hizo falta el traje de las reinas o princesas, ni el maquillaje abundante para demostrar que tiene unos ojazos de infarto y que su cabellera es preciosa. Su cuerpo, no necesita ser visto en demasía, lo tiene perfecto también.

Mirando a esta chica aventurera en sus enaguas y con su cara de susto muchas veces, me pregunto si las otras celebrités españolas no estarán picadas de envidia porque lo que la natura dio, no hay nadie que lo ignore. Y que me perdone Penélope Cruz, pero no le llega a Inma ni a la cintura.

 

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