Te sientes sola, no atraes a los hombres, y de momento, te llega una cita. ¡Fantástico! Pero, ¡prudencia!, te puede salir mal por el desespero.

A veces sucede que luego de comenzar ese encuentro, notas que quieres atrapar al chico y lo echas todo a perder con tu nerviosismo. ¡Fatal! Este caso te puede haber sucedido alguna vez porque es muy común, y no es que quieras atrapar un matrimonio, es sencillamente la necesidad de sentirte buscada por alguien, que suene tu móvil en algún momento del día, y que puedas arreglarte pensando en ese encuentro.

Somos humanos y necesitamos una pareja aunque seamos obsesivos en cuanto a la independencia. ¡Ay de quién no se ha sentido amado! Pero los hombres prefieren las mujeres extrañas, las que no son posesivas, las que dejan tras sí una aureola de indiferencia y se notan superiores. Si en tu cita dejas notar la necesidad de compañía que tienes, es posible que sea la única vez que se vean.

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