La mayoría de los hombres, al tener un gatillazo, reaccionan con  mucho miedo e inseguridad. Son más propensos a mantenerse en silencio y no comentar con nadie su problema, lo que agrava más el temor a volver a tenerlo y verse en una situación de frustración en la relación sexual.

El miedo al fracaso es mayor ante una falta de información, porque la pérdida  o ausencia de erección es un hecho completamente natural que acontece a muchos hombres a lo largo de su vida. Muchos lo han tenido alguna vez, solo que las cifras que conocemos son pocas porque ellos mismos no se atreven a comentarlo con nadie y guardan ese secreto para siempre.

La herencia adquirida por este sexo a través de los siglos solo permite del hombre que siempre esté en disposición  para penetrar a la mujer o a quien desee, no admite que no haya erección y por consiguiente, la autoestima y el valor se deterioran al tener un gatillazo.

El miedo, la tensión o la ansiedad que padece el hombre al llegar a una relación sexual y no poder tener una erección máxima, son los culpables de que el organismo segregue adrenalina pero de manera negativa a la necesaria para la estimulación, y originan la contracción vascular evitando así la erección. Por esta razón es sumamente importante tomarse un episodio de gatillazo como algo normal, que no tiene la menor importancia.

Si no te atreves a comentarlo con amigos, con tu pareja o con un especialista, busca entonces esa  información especializada en las páginas que aparecen en internet, verás que el problema se agrava cuando te mantienes desinformado y no buscas soluciones a tu problema de gatillazo. Por el contrario, no trates de buscar por tu cuenta estimulantes, las drogas y otros recursos solo agravan tu problema.

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