Para beneficiar el equilibrio psíquico y tener un mayor conocimiento de sí mismo, hace falta un pequeño respiro al día.
En el devenir cotidiano hay tantas cosas que hacer y tanto a lo que hay que atender que se dedica poco tiempo a lo que necesita la persona como ser humano. Luego de las obligaciones, lo que pide el cuerpo es descansar.
A veces se olvidan las necesidades personales por ocupar el tiempo en satisfacer las de las personas que te rodean. Esa actitud, que para nada es altruista, crea una negación personal y acaba llegando al enfado.
No es recomendable dejarte para un segundo plano, pues si se deja para luego, vendrán otras prioridades y se seguirá postergando. Dedícate un tiempo, aunque sea reducido.
lo tengo solo cuando llegan las rebajas del corte inglés